lunes, 20 de enero de 2014

Les doy la más cordial bienvenida a este blog del Curso de Economía en el ITESO.Es importante que utilicemos los valores que el modelo educativo de nuestra institución nos invita a emprender. Como alumnos tenemos que ser RESPONSABLES de nuestro propio aprendizaje y nunca olvidar que nuestra conducta tendrá un impacto en el medio o contexto que nos rodea es decir la sociedad. Desde esta perspectiva es que el aprendizaje que se busca cultivar durante el curso implica ser:

Significativo. El aprendizaje es significativo cuando el sujeto incorpora lo nuevo en su estructura de conocimiento y lo vincula con su campo de experiencia.

Reflexivo. El aprendizaje se completa cuando el sujeto es capaz de dar cuenta de qué fue lo que aprendió y cuáles fueron las acciones e interacciones que produjeron ese aprendizaje.

Situado. Situar el aprendizaje significa contextualizar históricamente su objeto y contenidos y enfrentar los procesos de aprendizaje a preguntas o problemas
concretos y contextualizados.

En acción. Saber (competencia) y desempeño son dos caras de una misma moneda. El aprendizaje se verifica en desempeños y resultados observables y evaluables en relación con problemas concretos y situados. El sujeto aprende haciendo y evaluando los resultados de
sus acciones.

Colaborativo. El aprendizaje colaborativo parte del reconocimiento de la complejidad de la realidad y de la limitación de los sujetos individuales para aprehenderla e intervenir sobre ella. Implica un acercamiento interdisciplinar a los problemas, trabajo en equipo, así como el reconocimiento y respeto de las diferencias individuales y la diversidad.

Transferible. El sujeto es capaz de aplicar el saber adquirido en múltiples situaciones y de enriquecerlo permanentemente en cada nueva aplicación.
Estos atributos no constituyen de ninguna manera categorías excluyentes sino que, como puede observarse se complementan e incluso se implican mutuamente. En este sentido, constituyen dimensiones que, en su conjunto, aspiran a una visión integral del aprendizaje. Tampoco configuran un modelo
pedagógico en sentido estricto; mucho menos un cuerpo de prescripciones –peor aún: de recetas- que deban seguirse en el planteamiento y realización de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Constituyen un conjunto de criterios generales para orientar los procesos de aprendizaje, a partir del diseño y la mediación de situaciones educativas o
de aprendizaje que incorporen éstos atributos como elementos constitutivos de la práctica educativa.


Representan en este sentido un horizonte de búsqueda y de innovación.